jueves, 10 de noviembre de 2011

El espantapájaros.


Llorar a lágrima viva. Llorar a chorros. Llorar la digestión. Llorar el sueño. Llorar
ante las puertas y los puertos. Llorar de amabilidad y de amarillo.

Abrir las canillas, las compuertas del llanto. Empaparnos el alma, la camiseta.
Inundar las veredas y los paseos, y salvarnos, a nado de nuestro llanto.

Asistir a los cursos de antropología, llorando. Festejar los cumpleaños familiares,
llorando. Atravesar el África, llorando.

Llorar como un cacuy, como un cocodrilo... si es verdad que los cacuíes y los 
cocodrilos no dejan nunca de llorar.

Llorarlo todo, pero llorarlo bien. Llorarlo con la nariz, con las rodillas.
Llorarlo por el ombligo, por la boca.

Llorar de amor, de hastío, de alegría. Llorar de frac, de flato,de flacura.
Llorar improvisando, de memoria. ¡Llorar todo el insomnio y todo el día!

Feliz cumpleaños abuelo, dondequiera que estés.

No hay comentarios:

Publicar un comentario