Cada vez estoy mejor. ¿O no?
Siempre dije que la neutralidad, ocultaba algo. Y sigo sin
descubrir qué. Tal vez, sí, lo sé. Tal vez, no. El punto es que, estoy cada vez
mejor, o peor, en otras palabras, estoy siempre entre bien, y mal, estoy
siempre “casi”.
La verdad es que, creo que no quiero pensar bien que me
pasa, no quiero saber cómo estoy, porque tengo miedo, de saber que estoy mal,
que soy una canción de punk, y que si no hago algo, el suicidio es la salida
más cercana y coherente que encuentro. Tengo miedo de saber que en realidad, me
cansé de vivir mi vida, siempre de acá para allá, sin lugar fijo, siempre con
una valija y un poco de ropa, voy de una casa a la otra, siempre viajando,
siempre, no hay un día que esté sin viajar. Y cuando lo planteo, me dicen 1. A
mí me gusta así (le conviene, claro, ella no es la que tiene que viajar). 2. Yo
no hice este arreglo, no puedo hacer nada para cambiarlo. O hasta a veces me
pide que vaya a vivir con él, pero no cambiaría nada, sería igual, todos los
días, de acá para allá, solo que en vez de estar con él dos días de cinco,
estaría tres.
Me da miedo saber que no puedo confiar en nadie, porque en
las personas que confié, resultaron ser, en su mayoría, una mierda, terminaron
cagándome y haciéndome doler muchísimo. Me da miedo la soledad, y así me
siento. SOLA.
Me da miedo saber que no siempre
uno puede estar buen, y me da miedo saber qué pasa cuando NO SE ESTÁ BIEN.
Cuando el mundo tira para abajo, si al final, estas atado a algo, alguien. ¿Qué
pasa?
Siento ahogarme en la negrura de
la sociedad, siento que cada persona que veo caminar por la calle, no es más
que una basura, alguien que hace que caigamos un poco más abajo, un poco más al
fondo. Siento que, QUIERO MORIR. ¿Y por qué no hacerlo? No tengo nada de lo que
agarrarme como para seguir acá. No tengo amigos, voy a repetir de año. Mi viejo
está loco, y mi vieja, en problemas, y lo peor de todo, es que no tiene ganas
de salir de ellos. Mi hermano me odia, o al menos, eso aparenta, porque siempre
intenta tirarme un poco más debajo de lo que estoy, y aparentemenente, me
conoce más él que yo a mi, porque evidentemente, lo logra cada día, a cada
minuto. De lo único que puedo agarrarme, es de mi hermanito y de falsas
ilusiones. Pero, vamos, él tiene tres años, no le va a importar mucho que de un
día para el otro yo me vaya, y cuando sea lo suficientemente grande como para
saber la verdad, no le va a afectar mucho, ya que apenas me conoció, no va a
saber mucho de mí, no más de lo que le cuenten. Y en cuanto a las falsas
ilusiones, tengo que dejar de engañarme “tengo que llevarte a un recital así.”
Sí, claro, como si fuera a pasar, a demás, en el remoto caso de que ocurra, no
va a pasar nada, ya se aclararon las cosas. Tengo que dejar de ser así, tan
tonta, tan alusiva, tan… yo. Tan Malena.
No estás sola nena. Cualquier cosa sabés que me podés contar a mí.
ResponderEliminarJajajaj, no te preocupes por lo del recital, seguro que lo dijo de onda.